La tecnología puede ayudar a los bufetes de abogados a hacer más con menos riesgo y más certeza en menos tiempo. La pregunta es: ¿cómo se crea el entorno adecuado para que esto ocurra?
El Reino Unido es el segundo mercado de servicios legales más grande del mundo. Hace dos años, el valor anual del sistema jurídico británico superaba los 26.000 millones de libras esterlinas (equivalente al 1,5% del PIB del Reino Unido). Empleaba a más de 380.000 personas. También hace dos años JPMorgan Chase reemplazó 360.000 horas facturables de trabajo legal con la IA. Si el negocio del derecho se está reinventando, ¿qué están haciendo los bufetes de abogados al respecto?
«Desde mi punto de vista, el mercado está estratificado», dice Patrick Sarch, socio de White & Case. «El extremo más comercializado está siendo perturbado por la tecnología. Los grandes bufetes de abogados están evolucionando la tecnología para adaptarse a lo que están haciendo [que es] proporcionar más servicios de valor añadido».
No subestime la tecnología…
En 2018, en su discurso inaugural como Presidenta del Colegio de Abogados de Inglaterra y Gales, Christina Blacklaws abordó de frente esta difícil elección: «interrumpir o evolucionar»: «No debemos subestimar la importancia del papel que la tecnología desempeñará en la prestación de servicios jurídicos modernos. Es esencial que nos mantengamos a la cabeza del juego».
Sarch, por ejemplo, está dispuesto a mantenerse en cabeza: «Solía tener, fuera de mi oficina en una antigua firma, de 30 a 40 graduados escuchando las cintas de los operadores FX, operadores LIBOR. El noventa por ciento de eso ha sido hecho ahora por la tecnología.»
¿»Estamos planeando minuto a minuto cuál es el camino más rápido de A a B? ¿Cuántas horas facturables puedo meter en mi día? ¿Cuántos clientes puedo satisfacer? Por lo tanto, ser capaces de hacer más cosas con menor riesgo, mayor certeza en menos tiempo es absolutamente lo que hacemos. Y cualquier herramienta tecnológica que nos ayude con eso, la compraremos».
…o la tradición
Pero las cosas nunca son sencillas. Ma Jnana Settle, abogada estadounidense y autoproclamada «nerd» de la tecnología legal, dice: «Los abogados y los bufetes de abogados han tenido tradicionalmente poderosos incentivos para resistirse a la nueva tecnología. Por ejemplo, toda la noción de la hora facturable significa que la eficiencia para un abogado no siempre es una propuesta lucrativa».
Tony McKenna es Director de TI en Gowling WLG (UK) LLP. Dice que los abogados dan prioridad absoluta a la entrega del mejor servicio y asesoramiento al cliente por encima de la eficiencia: «No piensan ‘seamos ineficientes’. Seamos claros, los abogados no piensan así. Sin embargo, ¿se sientan y piensan «seamos eficientes»? Probablemente no.»
¿Qué debe cambiar para conducir el cambio?
Mi opinión es que los bufetes de abogados deben desafiarse a sí mismos y a sus proveedores de TI para ser mejores para cada cliente. Como afirma McKenna, «Mucho de esto tiene que ver con la innovación en términos de lo que ofrecen a los usuarios internos y externos. ¿Cómo está automatizando la forma de hacer las cosas para beneficiar al usuario final? ¿Cómo estáis proporcionando acceso a los datos que necesitan cuando los necesitan de una forma mejor, más rápida, más inteligente y que se siente como el tipo de experiencia que tienen en casa?».
«Toda la industria está cambiando y adaptándose cada día», dice McKenna. «El apetito está en el negocio, no hay duda de ello. Tener tiempo para estar cara a cara con los abogados es mucho mejor ahora que hace cinco años – y ese nivel natural de curiosidad en los equipos legales para pensar en soluciones innovadoras para sus clientes está definitivamente ahí. El mayor reto que tenemos es el talento».
Para las empresas de alto nivel, los clientes de hoy quieren más que la ley explicada, quieren soluciones de gestión de riesgos y asesoramiento estratégico. Quieren la respuesta, inmediatamente, y en una pantalla. Para las empresas de la gama alta, la tecnología está cambiando completamente la prestación y el costo de los servicios jurídicos. De cualquier manera que se mire, el negocio de la ley se está interrumpiendo. Este sector puede haber sido lento en asimilarlo, pero la carrera hacia el cambio ya está en marcha.
